Los cumpleaños, las entregas de
títulos, las bodas, etc. Suponen situaciones especiales porque implican un
punto crítico de transición en la vida de alguien. Las fotografías de estos
acontecimientos asumen una importancia emocional como recuerdos nostálgicos de
aquel día especial.
La mayoría de las ceremonias son
solemnes, formales y se desarrollan con rapidez; Ud. no tendrá una segunda
oportunidad para recuperar las ocasiones que pierda. Así pues, esté siempre
alerta. Explore el lugar de antemano, compruebe la iluminación (las luces de
tungsteno o fluorescentes requieren un cuidado especial para una reproducción
equilibrada de los colores), ensaye posibles localizaciones de la cámara y
busque posibles problemas imprevistos.
Evite ser el único fotógrafo
“oficial”, a menos que tenga una gran confianza en su habilidad.
Si se trata de interiores, decida
si va a utilizar un flash o se conformará con la luz ambiente. Esta última
conserva la atmósfera especial de la situación, pero si es demasiado débil, se
corre el riesgo de que las fotografías sean de escasa calidad, a causa de
la sub-exposición y de los movimientos
de la cámara. Si tiene dudas, utilice un flash electrónico con las pilas nuevas
o recién cargadas, siempre es conveniente llevar algunas de repuesto. Asegúrese
de antemano de que no habrá inconvenientes para utilizar el flash en los
templos durante las ceremonias.
Lleve consigo un teleobjetivo
zoom o un gran angular, aparte del normal. El zoom le permitirá encuadrar con
facilidad, sin tener que maniobrar entre la gente. El gran angular le servirá
para los planos generales, especialmente en interiores. Con un objetivo normal
rápido, 50mm. por ejemplo, pueden tomarse fotografías con luz ambiente sin ninguna
dificultad.
Si se encuentra aprisionado en la
multitud siempre podrá estirar los brazos por encima de las cabezas y apuntar
la cámara hacia abajo a ciegas y también mirar por la pantalla LCD. Utilice un
objetivo normal o gran angular para estar seguro de encuadrar al sujeto.
Componga historias fotográficas
porque en la mayoría de las ocasiones especiales contienen una
secuencia de
acontecimientos claramente definida que las fotografías pueden documentar.
Empiece la historia por los preparativos y vaya aumentando paulatinamente el
interés. Continúela hasta que los invitados se hayan ido.
Todo el mundo sabe lo que sucede
a la vista del público, pero no todos adivinan lo que sucede entre bastidores.
Pida permiso para entrar donde el público no tiene acceso y sorprenda al cura o
a la novia maquillándose.
apretando el
diploma febrilmente o tome un primer plano de las argollas de matrimonio en las
manos de los novios.
Las únicas fotografías con pose
que quizá tenga que tomar serán retratos de grupo de los principales
protagonistas del acontecimiento. Son los personajes clave de la historia y el
retrato que subrayar este hecho. Por otro lado, existen vínculos muy estrechos
entre ellos, por lo que las fotografías en que aparezcan todos juntos serán muy
apreciadas.
Escrito por: Alejandro Glade R.
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